Cuchulainn (pronunciado Cu Culén) es el personaje más famoso de la epopeya irlandesa, incluso, algunas versiones de su leyenda insinúan que es hijo de Lug. Su verdadero nombre era Setanta (donde reconocemos el nombre bretón), pero obtiene su sobre nombre 'Cu-chulainn' (que significa 'perro de Dulann)' después de matar al perro del herrero de los uulates, Culann, y prometer que lo reemplazaría como protector.
Aún muy joven, se le adjudican hazañas impresionantes.
De su cabeza emana la "Luz de Héroe", signo de los semidioses y los pesonajes inspirados por la divinidad. En Escocia y junto a mujeres guerreras y magas, es donde él aprende el arte de la guerra, al mismo tiempo que desarrolla sus extraoridinarias facultades sexuales.
Durante la "Razzia de los bueyes de Cualnge" vasta epopeya heroica, él es el único habitante de Ulster que se libra de contraer la enfermedad mágica provocada por la maldición de la diosa Macha. Se enfrenta él solo a los ejércitos de los otros reinos de Irlanda que se ha unido a la reina Medbh.
Cuchulainn se ve envuelto en numerosísimas aventuras, sólo o en compañía de Loegaire y de Conall Cernach, sus hermanos de armas.
Cuchulainn conoce el secreto del gail bolga (la descarga de rayo) que le enseñó una hechicera: es un golpe temible con el que mata a su antiguo consdiscípulo Ferdeadh, convertido en enemigo suyo. Con la complicidad de Blathanait, que le había sido arrebatada por Curoi mac Caire, mata a éste. Va a la Tierra de las Hadas, donde vive un gran amor con la diosa Fand. Finalmente, es vencido por una coalición de sus enemigos fomentada por la reina Medbh.
Cuchulainn es encerrado en una trampa mágica en la que debe comer carne de perro que es su mayor interdicto. Esta transgresión trae la de sus otros interdictos, y después de una alucinante epopeya en la que la magia rivaliza con el heroísmo es muerto por Lugaid, hijo de Curoi, quien había sido una de sus víctimas. Su muerte es vengada por Conall Cernach.
Cuchulainn es un "héroe de luz", civilizador. Personifica a la sociedad a la que pertenece, pero a él se le confiere un caracter divino.
Representa también un culto solar masculino (no existe un dios solar entre los celtas) análogo al culto del Apolo hiperbóreo. El es, igualmente, como el griego Teseo un gran justiciero, que libra al mundo de monstruos y de las fuerzas de las tinieblas.
Cuchulainn ha permanecido muy vivo en la tradición popular de Irlanda y Esocia.
Representa también un culto solar masculino (no existe un dios solar entre los celtas) análogo al culto del Apolo hiperbóreo. El es, igualmente, como el griego Teseo un gran justiciero, que libra al mundo de monstruos y de las fuerzas de las tinieblas.
Cuchulainn ha permanecido muy vivo en la tradición popular de Irlanda y Esocia.
"Aithnichear an leomhan air scriob de iongann."
El león es conocido por las marcas de su garra
(proverbio gaélico)