El 21 de septiembre dimos la bienvenida oficialmente al otoño, y aunque nos encontramos en una sociedad cristianizada, muchas de las tradiciones que tienen lugar en esta época del año provienen de los celtas (en especial las que se refieren a las labores del campo).
Este momento en concreto, el paso del verano al otoño, en la cultura celta recibió el nombre de Mabón. Para los celtas, el 21 de septiembre es la fecha fin de la recolección. Es cuando almacenan sus cosechas, preparándose para el invierno, y agradecer a los Dioses y Diosas la abundancia en la cosecha.
Esta festividad debe su nombre al Dios galés que encarna la fertilidad masculina, y es la segunda de las Fiestas de la Cosecha. Los Druidas la llamaban Mea'n Fo'mhair y honraban al Dios del Bosque ofreciendo libaciones de sidra y vino a los árboles.
En este momento, el Sol entra en el signo de Libra y el día y la noche igualan su duración.
Se trata de una festividad muy alegre que celebra la abundancia y la generosidad de la Tierra y que completa la recolección del grano que comenzó en Lughnasadh. Se trata también de un momento de equilibrio: las fuerzas de la oscuridad y la luz se encuentran en igualdad. A partir de este instante, la oscuridad irá ganando terreno hasta alcanzar su punto álgido en Yule (Solsticio de Invierno). El Dios se debilita, envejece y pronto morirá con la llegada del Samhain: es el momento de prepararse para despedirlo y reflexionar sobre el ciclo de la vida (nacimiento, crecimiento, madurez y muerte), de recordar y aceptar que todas las cosas tienen un final, pero con la conclusión de que cada final comporta así mismo un nuevo comienzo (visión cíclica de la Vida).
Algunas de las tradiciones de esta época incluyen cosechar y pisar la uva, recolectar hierbas, hacer coronas de hierbas y avellano para el dios anciano, ... Los colores propios de esta festividad son los rojos, anaranjados, marrones y violetas (colores propios del otoño). Y muchas son las deidades veneradas: Mabon y su madre Modron, Thor, Hermes, Deméter, Perséfone, Hades, Baco,...
El Equinoccio de Otoño marca el comienzo de una época de serenidad. El verano va perdiendo fuerza y las hojas de los árboles comienzan a dorarse. Poco a poco, la Naturaleza nos ofrece un auténtico espectáculo de color que invita a la relajación, al descanso, antes de que comiencen los duros meses de invierno.
5 comentarios:
Oye. has abandonado entonces el otro blog, nena?
pues si, aunque no lo he cerrado. Aqui sólo escribiré todo lo que tenga que ver con "lo celta"
Buenos días!!!!
me encanta la música que tienes colgada, ni te imaginas lo que me ha hecho sentir, te agradecería que me pudieras decir de quien es, mil gracias y te deseo un gran día!!!!
un abrazo,
Maravillada con tu blog! Felicitaciones!
anónimo, susana, muchísimas gracias
anónimo, si me acuerdo te lo paso
un saludo a ambos/as
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