Angus se escapó a la
Isla Verde de Occidente,
y
allí pasó días felices con Bride. Pero él ansiaba
regresar a Escocia y reinar como
Rey de Verano. Una y otra vez
cruzó el mar; y
cada vez que llegaba a la tierra
de valles y montañas, el
sol irrumpia con todo su esplendor
y los pájaros cantaban alegremente para darle la bienvenida.
Beira lanzó tormenta
tras tormenta para ahuyentarlo. El primero que ella llamó fue el viento conocido como "El silbido",
que sopló alto y
chillón, y derramó
frías granizadas.
Duró tres días, y hubo mucha tristeza y amargura por todo lo largo y ancho de Escocia. Ovejas y corderos murieron en los páramos, y los caballos y las vacas perecieron también.
Angus huyó, pero
regresó pronto de nuevo. El siguiente viento que Beira lanzó para
prolongar su reinado de invierno
era el "Sharp-Billed Wind" al que se conoce como "Gobag". Duró
nueve días, y toda la tierra fue atravesada por él, porque picoteaba y mordía
en cada rincón y
recoveco como un avispado pájaro carpintero.
Angus volvió, y Beira
lanzó un remolino de viento al que se conoce como "The
Sweeper" (la aspiradora). Sus
ráfagas girando arrancaron
ramas de los árboles en ciernes y las flores brillantes de sus
tallos. Todo el tiempo que
sopló, Beira estuvo
golpeando el suelo con su martillo mágico para evitar que la hierba creciera. Pero
sus esfuerzos fueron en vano.
La Primavera sonrió en belleza por todas partes, y cada vez que ella se
apartaba, cansada por sus
esfuerzos, el sol brotaba en todo su esplendor. Las pequeñas prímulas modestas
abrieron sus pétalos al sol, mirando adelante de desde rincones acogedores que el viento, llamado ""Sweeper"", no pudo
llegar. Angus huyó, pero pronto regresó de nuevo.
Beira aún no estaba,
sin embargo, del todo sin
esperanza. Sus esfuerzos habían
traído el desastre a la humanidad,
y las "Semanas de delgadez"
vinieron. La comida comenzó a escasear. Los pescadores no podían aventurarse
a la mar a causa de las tempestades de Beira,
y no podrían conseguir ningún pez. En las
horas nocturnas Beira y sus
brujas entraron en las viviendas de los hombres, y robaron sus reservas de alimentos. Era, en efecto, un momento triste.
Traducción del libro "Scottish Myths and Legends"
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