domingo, 2 de mayo de 2010

LA MUJER CELTA

Hoy es 2 de mayo, día de la madre, y como tal quiero rendirle un pequeño homenaje. Aunque más que a la madre, a la mujer en general. Y, por supuesto, a la mujer celta.


La mujer ocupa un lugar de gran importancia en el mundo celta hasta hasta tal punto que dioses y héroes reciben, en muchas ocasiones, el nombre materno. Madres, esposas, hermanas, amigas y amantes, también sabían luchar en la batalla; entendían de leyes, dirigían hogares, trabajan el campo, se experimentaban en la lucha; conocían las ciencias de la magia, la poesia y la escritura . Su situación era de igual a igual, respecto
al hombre, en la sociedad celta, una característica que recuerda mucho a la posición de la mujer en el antiguo Egipto, muy similar al caso de las mujeres celtas. Se confiaba mucho en sus conocimientos del mundo natural, con independencia de la indiscutible sabiduría druídica; no tenían tabúes en el campo de la sexualidad y defendían a sangre y fuego a su pueblo en caso de ser atacados por algún enemigo. La multiplicidad de diosas que cuenta el mundo celta demuestra la importancia de la mujer en su sociedad, sin robarle la suya a los varones. En el caso del origen de los Tuatha Dè Dannae, se les conoce como los hijos de la diosa Danu. Los hijos de la diosa DANA. En todas las cultura precélticas indoeuropeas el papel de las diosas-madre fue básico. Las primeras diosas madre simbolizaron la fuerza de la tierra para cubrir las necesidades de los seres humanos; concedía fertilidad, acompañaban a los hombres en su soledad, les sanaban en caso de mala salud.

Los celtas conservaron, pese a su arrolladora masculinidad y una organización básicamente patriarcal, una indiscutible devoción haia Dana, la dama de los dólmenes, como madre de todos los dioses. Los relatos populares la consideran como reina de las hadas, de los enanos o korrigans, a cuyo cuidado estaban confiadas enormes riquezas subterráneas. La consideraban, en resumen, la gran regidora de un inframundo misterioso y, en ocasiones, hasta mortal. Hay quien dice que era esa anciana de aspecto terrible, hechicera implacable pero también bienhechora que no desdeñaba echar una mano a quienes lo necesitaban, si demostraban que tenían buen corazón. La diosa madre pasó a llamarse, tras la cristianización, Santa Ana, la madre de la Virgen María, mateniendo su antiguo prestigio como diosa de la fertilidad, y protectora bajo los auspicios de la luna. Los gaélicos la bautizaron con los nombres de Brigantia y Gwen.

4 comentarios:

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Interesantísima entrada, he empezado a seguirte, espero que igualmente puedas disfrutar con mi blog dedicado al reinado de Carlos II de España.

Un saludo.

Lou dijo...

muchas gracias, y seguro que disfrutaré con tu blog. Un saludo tb

crikk dijo...

no sera la pachamama de los inca que le rinden tributo el 1 de agosto en america

Lou dijo...

no lo se Crikk rojas, yo sólo me he centrado en el lado celta, pero todo puede ser posible