sábado, 28 de mayo de 2011

EL LIBRO NEGRO DE CARMARTHEN (III): ODA A LA DIOSA CYRIDWEN

Kervit vrten (The Ode to Cyridwen)
Kervit vrten. autyl kyrridven. ogyrven amhad.
Amhad anav. areith ayrllav. y cav keineid.
Cvhelin doeth. kymraec coeth. kyvoeth awyrllav.
Keluit id gan. cluir vir aedan. kywlavan lev.
Kert kywlaunder. kadeir dirper cadir wober. yv.
Kanholicion. caffod eilon. keinon vrthav.
Cau tyirnet. cathil kyhidet kyurysswyv.
Campus y veirch. canhyn ae peirch. kywren eirch glyv.
Cor waradred. kenetyl noted ked kywetliv.
Lliwed a hun. llysseit eitun. llun venediv.
Llyd am kywor. llog desseffor. llog porth anav.
Llvgyrin kytrim. lledvegin grim. llim yd grim glev.
Lleuver synhuir. llauer a vyr. llvir id woriv.
Gorpo gvr gulet druy tagnevet het o hetiv.

Este es el cuarto poema del Libro Negro de Carmarthen que hace referencia a la diosa Cyridwen.
Cyridwen, Ceridwen o Cerridwen era una diosa galesa (a veces considerada una bruja) que poseía el caldero de la Inspiración y la Sabiduría. Según la leyenda, Ceridwen era madre de tres hijos: Crearwy, la joven más hermosa del mundo; Morvan, que era un hombre feo pero fuerte y valiente en la batalla; Afagduu que era tan terriblemente feo que no sería aceptado jamás por la sociedad. Ceridwen decidió compensar la fealdad de su hijo volviéndolo el más grande de los bardos galeses, para lo cual prepararía una poción, de la que sólo las tres primeras gotas serían mágicas, siendo el resto un letal veneno. La poción hecha con seis hierbas mágicas debía cocinarse durante un año y un día; para vigilar la poción, Ceridwen tenía dos sirvientes, el anciano y ciego Morda y el joven Gwion., a los que había advertido que no tocaran ni una gota de la poción, so pena de sufrir una muerte horrible.
Pero un día que Gwion se encontraba removiendo la poción, tres gotas saltaron a su mano e instintivamente se la llevó a la boca, obteniendo así los dones que estaban destinados a Afagduu. Furiosa, Ceridwen persiguió a Gwion para matarlo, pero el joven, utilizando sus nuevos poderes mágicos, se convirtió en liebre. Ceridwen, entonces, se convirtió en perro; después Gwion se transformó en pez lanzándose al río; Ceridwen se convirtió en nutria y continuó la persecución. Gwion se convirtió en gorrión y Ceridwen en águila. Finalmente, el joven se transformó en grano de trigo y Ceridwen en forma de gallina se lo comió.
Cuando Ceridwen volvió a su forma humana, se dio cuenta de que estaba embarazada y que el niño que llevaba en su vientre era Gwion y resolvió matarlo en cuanto naciera. Sin embargo, cuando el bebé nació, era tan hermoso que Ceridwen no se atrevió a matarlo, así que metió al bebé en un saco de piel de foca y lo tiró al mar. No obstante, el niño sobrevivió y fue recogido en la costa por un príncipe llamado Elphin, el cual adoptó al bebé, llamándolo Taliesin. Con el paso del tiempo, Taliesin marchó a la corte del Rey Arturo, donde se convirtió en el arpista principal y en consejero del rey.


jueves, 19 de mayo de 2011

LA DESGRACIA DE ELYNAS

Un día, Elynas, rey de Albany (antiguo nombre dado a Escocia), fue de caza y conoció a una hermosa hada en una fuente. Tan hermosa era esta hada, llamada Pressyne, que el rey se enamoró perdidamente de ella y la hizo su esposa. Ella aceptó, pero sólo con una condición, que el rey no entrara nunca a su habitación cuando se bañara o diera a luz.

Pressyne quedó embarazada y dio a luz a trillizas. El rey deseoso de conocer a sus hijas entró en la habitación rompiendo la promesa hecha a su esposa. Pressyne no tuvo más remedio que poner rumbo a la perdida isla de Ávalon con sus tres hijas: Melusine, Melior y Palatyne.

El rey lloró la pérdida de su familia durante siete años. Su primogénito, Nathas, hijo de su primera esposa, se convirtió en su sucesor.

Las niñas crecieron en Ávalon. Y a los quince años de edad, Melusine, la mayor, preguntó a su madre el por qué de su encierro en Ávalon. Pressyne le explica la promesa rota de su padre. Al escuchar esto Melusine busca venganza y junto a sus hermanas capturaron a su padre y lo encerraron con sus riquezas en una montaña. Pressyne se enfureció cuando se enteró de lo que habían hecho y castigó a Melusine por la falta de respeto a su padre. Melusine fue condenada a tomar la forma de una serpiente de cintura para abajo todos los sábados. Su única salvación sería que ella encontrase un hombre que la amase y que no podría nunca verla en ese estado. En el caso que el hombre la descubriese quedaría transformada para siempre en esa monstruosa forma.